Materia inerte
En Londres, aquel otoño de 1857, estaba resultando más lluvioso de lo habitual. Llevábamos un mes y medio sin para de llover. Esa tarde, cuando me acercaba a la puerta del manicomio donde trabajaba como vigilante de noche, algo me decía que hoy no iba a ser como un día cualquiera. El letrero que colgaba…