Calor y frio en Laponia
Parte I Davvit Una mano agarró con suavidad el hombro del joven, que dormía plácidamente, sacudiéndolo hasta que despertó.—Arriba Davvit—dijo el hombre— es hora, hoy es el día.El joven dio un salto y salió de la cama como disparado por un muelle.—Pensaba que no iba a poder dormir por los nervios, pero no, he tenido…