Recuerdos de agua

Se estaba de miedo, allí tumbado encima del cemento, en el techo de los vestuarios.

Esa tarde había ido solo, a darme un baño a la piscina. Cuando en mi barrio se decía eso, todo el mundo sabía que era la piscina del Seminario.

Ibas por el camino que había entre la carretera de Zaragoza, por el lateral del Seminario y la Estrella.

Al final te subías por la tapia al techo de los vestuarios y si no había nadie saltabas. Te dabas un baño, luego de nuevo al techo, allí estaba la ropa y la huida rápida en el caso de aparecer el portero o algún cura.

No era una piscina como la de Cantabria o el Cayaks, pero era más fácil colarse y desaparecer en caso de problemas.

También estaba para refrescarte, el río. La playa del Ebro y las pozas del Iregua, estas más cómodas y el agua mucho más limpia. Además, la chopera junto a las pozas, sin lugar a dudas, eran mejor.

Las piscinas del Ebro si es verdad que por espacio cabía más gente, aparte de los chiringuitos de Julio y Casas que daban vida al entorno.

Aunque menos visitados, los bares de la fuente de los Zapateros, en el Iregua, eran para mí más tranquilos y el entorno más agradable.

Recuerdo los domingos de verano que te ibas a pasar el día al campo. Impresionantes las ensaladas, la tortilla de patata, los pimientos verdes fritos y los filetes empanados. Por no decir los melones y sandías puestos a refrescar en el agua.

Era otra época y la gente disfrutaba de eso, que igual no era mucho, pero se les veía felices.

Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 7 de octubre de 2022