Pulcritud y amor propio
Quizás fuera en mil novecientos cincuenta o tal vez en mil novecientos cincuenta y uno, no lo recuerdo. El caso es que José se fue del pueblo a la ciudad. Allí no había nada que hacer. El pueblo estaba vacío y su esposa no quería escuchar más el aullido de los lobos en las frías y nevadas noches de invierno, le daba miedo. Lo cierto es que si imponía un poco.
Hablando con su antiguo maestro, este le dio su tarjeta de visita para que en su nombre hablara con D. Antonio Gracia, quien en aquel entonces era concejal en el ayuntamiento de la ciudad.
Este, viniendo recomendado por su antiguo maestro, no tuvo inconveniente en colocarlo como bedel, para que hiciera lo que fuera necesario en el ayuntamiento. No era un trabajo agotador, nuestro hombre vivía bien, el salario no era mucho, pero les permitía sobrevivir.
Un día, el jefe de bedeles le dijo que a partir de ese momento debería encargarse de los lápices y reponer la tinta en los tinteros de los departamentos. No podía faltar ni un solo lápiz sin afilar ni un reemplazo para los que se habían gastado.
José todas las mañanas entraba media hora antes, no porque nadie lo obligara, sino porque él así lo deseaba. Recorría todos los departamentos y reponía los lápices, los dejaba con una punta fina y bien pulida. Rellenaba los tinteros y si alguna punta de pluma estaba mal, también la cambiaba.
Nunca, en los quince años que pasaron hasta hoy, nadie pudo decir nada sobre el trabajo de José. Todos tenían tinta en los tinteros, plumas impecables y unos lápices perfectamente afilados y, si era necesario, un reemplazo inmediato.
Cumplía su trabajo con una meticulosidad y esmero dignos de elogio. Un veintiséis de mayo, José se enteró de que el ayuntamiento iba a comprar afilalápices para cada departamento y nuevas plumas recargables. Los bolígrafos, que ya eran tan populares, se iban a incluir en las compras de material de oficina.
Esa noche no pudo dormir, su esposa intentó hacerle ver que le darían otro trabajo, pero a él le resultaba difícil saber dónde encajaría su cuidado, esmero y gusto por el trabajo bien hecho.
Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 17 de marzo de 2023