No soy un asesino
Te está mirando. Desde que lo viste entrar al bar hace un rato, sabes que todo ha cambiado. La curiosidad se refleja en su rostro, también ansiedad.
Se dirige hacia ti y te saluda. Hola Julia, hace mucho que no te veía. Mientras se acerca, se pone bien el pelo, un mechón ha caído sobre sus ojos.
Tu no sabes que hacer, te horroriza encontrarte con él, notas que estas paralizada.
Mientras te pone la mano sobre el hombro, te pregunta si no te alegras de verlo. A él si le encanta haberte encontrado. Hace muchos meses que no te ve y le ilusiona saber que estás bien.
No articulas a decir palabra. Cuando el silencio ya es casi un abismo, sale de tu boca un; Marcial la última vez que coincidimos mataste a mi amiga , delante de mí. Le clavaste un cuchillo en el pecho sin ninguna explicación. ¿Que querías que hiciera, que me quedara para que terminaras conmigo?
Te mira con sorpresa y te dice hay Julia, Julia, sabes que tenía mis motivos para matarla y no tenía en cambio nada contra ti. Pero, pero ahora es diferente. Vamos a sentarnos y charlamos un poco.
No sabes que hacer, estas notando un calor que te recorre todo el cuerpo. Las manos se te hinchan y el sudor te baja de los sobacos hacia la cintura, formando pequeños surcos de agua. No puedes casi aguantar su mirada. El miedo comienza a llenar toda tu cabeza.
Julia, te dice, sabes que tu amiga me fue infiel, se acostó con otro y para mí eso es la peor traición que una mujer puede cometer. Sabes que la quería, sabes que la idolatraba.
Sí, le contestas, pero por lo que se ve tu amor no era suficiente para perdonarla. Máxime no siendo tú un ejemplo de fidelidad, te tirabas todo lo que llevaba faldas. ¿Donde esta la relación de igualdad ? Tú si, ella no.
Su respuesta es rápida, sabes que tengo mis necesidades. De todas formas me gustaría que nos fuéramos a otro sitio ha hablar. Este local tiene muchos ojos y oídos. No me gusta hablar contigo aquí.
Te das cuenta que no vas a poder librarte de él, sabes que te va arrastrar donde le convenga. Intuyes lo que está por llegar. Te coge del brazo con fuerza, notas la presión de sus dedos y la ligera, pero firme torsión que ejerce con la mano. Salís a la calle, la noche no es fría, pero el ligero aire te pone los pelos de punta, te fallan las piernas. Tiene que sujetarte.
Tu tranquila mujer, que enseguida llegamos a mi hotel y allí nos relajamos y terminamos la conversación.
Casi sin saber como, te encuentras sentada en un sofá con un vaso de bebida en la mano. Lo dejas en la mesa que está a tu lado.
Volviéndose hacia el mueble bar te comenta que no le gustó nada lo que le contaste al padre de Eloisa. No le gustó que le dijeras que la había matado sin motivo, pero tú si lo sabes. Quizás opines lo contrario y eso es un problema. No puedes pensar que alguien que sale con él, le pueda ser infiel.
Notas su mirada fija en ti de una forma que te oprime. Sientes como si te zarandeara con ella todo el cuerpo, te atacan sus palabras, pero sobre todo su justificación.
No esperaba encontrarte pero ya que la suerte así lo ha querido, dice mientras mete la mano en su bolsillo y saca una navaja, no puedo dejarte viva. Va contra mis principios por decirlo de alguna forma. Tu igual que ella no sabes comprenderme. Debes de entender porqué te voy a matar.
Se dirige hacia ti, el arma en la mano derecha, tu estas sentada. Le tiras el vaso a la cara. Te levantas mientras él intenta esquivar el vaso. Metes la mano en el bolso, sacas un pequeño revolver y le disparas en medio del pecho. Primero una vez y como sigue avanzando, aprietas el gatillo hasta oír el ruido del percutor dando en vacío.
Llamas al padre de Eloisa y le dices que no se preocupe más por Marcial. Acaba de pagar por lo que hizo.
Apagas la luz y ajustándote los guantes que llevas puestos abandonas el hotel. No había nadie en recepción.
Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 15 de mayo de 2021