Amoral y antisocial…

Anselmo era un sujeto despreciable, jugador, alcohólico, drogadicto de todas las sustancias que era capaz de pillar y un asesino.

Los que le conocían bien decían, para resumirlo mucho, que era un despojo humano.

Había tocado todos los palos de la degradación y del vicio. En su tiempo debió de estar casado y su mujer lo abandono.

Hoy, cuando he ido al tomar el autobús para ir al trabajo, lo he visto sentado en el parque. Lo han debido de soltar hace poco. Se pasa más tiempo dentro de la cárcel que fuera.

Trabajo en los almacenes de un grupo de distribución de herramientas. A media mañana he oído por la radio el altercado que al parecer ha ocurrido en mi barrio. Un hombre ha dado una paliza a otros dos y los ha herido de gravedad con una navaja.

Cuando he vuelto a casa, mi mujer me ha contado lo que había sucedido.

Al parecer dos hombres han intentado robar a una anciana en el parque, con tan mala fortuna para ellos, que Anselmo pasaba por allí en esos momentos. Ese hombre sin escrúpulos y todos pensamos que amoral, antisocial y sin empatía alguna por los otros seres humanos, ha salido en defensa de la abuela. Ha pateado a los dos y cuando estos han sacado unas navajas, Anselmo, un consumado maestro en ese tipo de peleas, los ha acuchillado.

Luego ha acompañado a la abuela a su casa, mientras los dos heridos se desangraban en el suelo.

Según parece, cuando le han preguntado el porqué de su acción, no ha sabido dar ninguna explicación.