Aquí la espero…

Sprint Forest de PianoAmor

Al principio, como todo este tipo de noticias, fue un rumor que comenzó con la muerte de un equipo de prospección petrolífera en el norte de Siberia.

Como es fácil de suponer debido a la opacidad del Gobierno Ruso, nada trascendió.

Dos meses más tarde, todo estalló y comenzaron a llegar noticias sobre la muerte masiva de poblaciones enteras.

Llegados a este punto, al Gobierno Ruso no le quedó otra que pedir ayuda internacional y explicar lo que estaba pasando.

Al parecer, lo que muchos científicos temían había sucedido. Al perforar el permafrost, algo había sido liberado. Según los primeros análisis, todo parecía indicar que, un tipo de endosporas habían germinado y así había empezado todo.

Estaba arrasando con la raza humana. Su expansión era rápida y nadie sobrevivía.

Viendo el alcance del problema y que el índice de mortandad era del cien por cien, todos los países, por primera vez, se pusieron a trabajar de forma conjunta y los mayores expertos del mundo, dispusieron de recursos ilimitados.

Año y medio más tarde, con casi el noventa por ciento de la raza humana aniquilada, ya nadie tenía esperanza de que se encontrara una solución y sobrevivir.

«A mí, hasta la fecha, debido al aislamiento en el que vivo, no me ha llegado la hora. No obstante, sé que es cuestión de tiempo. Nadie sobrevive, nadie.

Decido aceptar lo que, con toda seguridad, no tardará en llegar. Donde vivo, las puestas de sol son increíbles y la exuberante naturaleza rebosa vida. ¡Qué mejor sitio que este!

A partir de ese momento, me levanto cada mañana, tomo un café y salgo al porche a ver pasar el día. Un libro me acompaña siempre, ayer fueron las cartas estoicas de Séneca y hoy un compendio de las poesías de Luis Cernuda.

Por la tarde, cuando el día está llegando a su fin, todo se tiñe de oro y rojo fuego. Parece que el universo contiene la respiración, un último destello y el sol desaparece. Pienso, dejándome arrastrar por esa belleza. ¿Será hoy la última vez?»