Historias de un ascensor

Cuando voy a entrar en el ascensor, este, parece que me está esperando. Quiere contarme todos los cotilleos, que escucha, y no son pocos.

Noto como si me hablara, desde la distancia. Tengo la sensación de ser como un cura, detrás de la rejilla del confesionario, esperando oír, en cualquier momento… ¡Ave María Purísima!

No obstante, la voz es clara, y al parecer, debo ser el único que lo oye. De no ser así, con lo que me cuenta, ya habría ardido la casa.

—Ayer Julita, la del tercero, cuando volvía con la compra, habló con la rubia del quinto. Le puso al corriente sobre el amante que tiene, según ella, la “pedorra” del séptimo. Parece ser que es un charlatán, que terminó llevándosela al huerto y se han fugado juntos. Lo peor es que el marido, sigue convencido de que volverá. Pobre tonto, de la que se ha librado.

El abogado, del primero, le ha comentado hoy a uno, que sobre el juicio (no sé cuál) se puede despreocupar. Que tiene un amigo, que a su vez, tiene un amigo, que le había informado, por donde van las investigaciones del juez. Que esté tranquilo, no saben nada de su implicación en el caso. Además, por si acaso, ya ha preparado a uno, para que le sirva de coartada.

El de los pelos revueltos, comentaba a un colega que, ya ha conseguido enganchar la luz, del otro portal. Ha sembrado diez plantas de maría. Se ha gastado un montón en la instalación, pero al final, son cuatro cosechas al año, eso sí, solo, para su consumo.

«Debe de consumir mucho, pienso yo».

La hermana de Alfonso, el del sexto, ayer subía echando pestes. Se había roto las medias al tropezarse, con un repartidor de Amazon. Con lo modosita que parecía, y qué cosas más feas decía. Hasta se me cambió el color, del cuadro de mandos, se puso rosa, en vez de su azul normal.

Ah, se me olvidaba. Ese del partido del capullo, comentaba a su mujer, que está de su jefe, hasta los huevos. Tantos cambios de opinión, le están provocando ansiedad y estrés, y que no le compensa. Que él, no tiene tanto apego al sillón. Que no está dispuesto a seguir.

Ah, esto ya es lo último. Uno del banco decía esta mañana que, es buen momento para quitarse ciertos fondos y comprar letras y pagarés del tesoro, dan un dos y medio. No sé más, se lo decía a alguien, por teléfono.

Menos mal que no tengo ningún interés, en sacar provecho de los chismes, que me cuenta este cotilla. Pero esto me demuestra, que lo que no quieras que se sepa, no lo digas ni aun estando solo, dentro de un ascensor.

Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 17 de febrero de 2023