J…. Luis que cagada
A veces a uno le gustaría verbalizar algo, una idea, algo que le disgusta, descargar la tensión que puede llevar acumulada o simplemente expresar algún pensamiento.
Cuando eso ocurre y no le apetece compartirlo con nadie, no le queda otra que contárselo a ese ser que todos llevamos en no se donde y llamamos, bueno no se como le llama cada uno, yo suelo decir “joder Luis que cagada”.
Ahí es cuando entra él, sí que es verdad que hablarle tiene un pequeño problema y es que si uno no quiere que le miren mal, no puede hacerlo en público salvo que tenga mucha experiencia.
De no ser así, recomiendo hacerlo cuando uno está solo. Puede ser, en la calle o preferiblemente en su casa .
―Ves, cuando uno está solo la cosa es diferente, me puedes hablar y nadie se sorprende. Bueno lo de hablar solo, está muy mal visto, pero que carajo si vas al psicólogo también hablas. Por lo demás el mecanismo es simple, tú normalmente me hablas y yo suelo responder; bien a través de ti ya que tú pones voz a la respuesta o directamente a tu cabeza, pero tú me entiendes igual.
―Vamos a ver genio telepático, eres como una mosca cojonera. Te llevo siempre encima y me resultas normalmente tan molesto como los tínnitus que padezco. Procuro no tener contacto contigo y tú lo sabes. Pero reconozco que hablamos de vez en cuando. En mi caso como bien conoces las injusticias que el ser humano comete con todo lo que le rodea (personas, animales, naturaleza, medio ambiente en general) son de las cosas que me hace hervir la sangre, perdón y los políticos que van en sitio aparte. El recurrir a ti es una forma de despacharme a gusto y descargar presión.
―Como ente abstracto tuyo tengo ciertas limitaciones, no puedo ir más allá de lo que tu puedes ir, pero si que es cierto que soy capaz de buscar sutilezas y matices que tú pasas por alto. Eso se debe a mi situación de constante movimiento. Sabes que yo no paro, trabajo día y parte de la noche.
―No me cuentes penas de trabajo, yo lo único que sé es que cuando estoy yéndome por los cerros de Úbeda, tú normalmente eres capaz de hacerme reflexionar y conseguir que me de cuenta de que debo pisar el freno.
―Cuando uno quiere si me ha entrenado bien, yo trabajo a las mil maravillas y en esos casos soy un verdadero genio para ti.
Bueno si entendemos la conciencia como nuestra alma, hay personas como el filósofo Daniel Dennett que no cree que exista como tal, ni tan siquiera el espíritu como nosotros los entendemos.
—En fin si tenemos en cuenta esto, no tengo ni repajolera idea de a quién hablo cuando digo “joder Luis que cagada”.
Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 19 de febrero de 2021