Viviendas tadicionales de abobe de la Nación Hopi

Leyenda

Parte dos

Dos horas más tarde, los dibujos estaban casi terminados. Hilary estaba ya histérica y llevaba más de media hora insultando a Noah. Inútil, lento y un sinfín de lindezas salían de su boca.

Los cuatro o cinco Martinis con tequila, que uno de sus baila aguas le iba preparando, no ayudaban a calmarla y cada minuto que pasaba estaba más irascible. No entendía que, lo que estaban pintando sobre su cuerpo, era verdadero arte y como tal requería su tiempo. Además, para Noah, las pinturas no eran solo pinturas, tenían mucho de espiritual.

Cuando solo faltaban los últimos trazos de la frente, Hilary no pudo más y se levantó.

— Molins, vete preparándote que yo ya estoy, más vale que te des prisa. No quiero tener esta pintura en mi cuerpo ni un minuto más de lo necesario –dijo la modelo.

Apartó a Noah de mala manera y cogiéndole el pincel de sus manos, se miró al espejo y hay que reconocerlo con verdadera maestría, termino de decorarse la frente con el color que a ella de pareció bien.

Cuando terminó, y sin dar margen a que nadie le dijeran nada, se fue a que le pusieran el vestido para la sesión de fotos.

—Thomas, ¡Esta mujer no sabe lo que hace! —dijo Noah—¡No puede pintarse con el color que quiera! Cada color tiene un porqué. Miedo me da, de aquí nada bueno puede salir. La pintura que se ha dado en la frente la ha mezclado con la de la cara. No puede mezclar un color obtenido de una «Cleome lutea», que los Hopi la llaman «sangra tierra» con uno de pigmento mineral. Según ellos, solo sus dioses pueden hacerlo.

No sé qué clase de problemas da, pero me lo advirtieron claramente. No mezclar.

—Bueno Noah, realmente poco podías hacer, Hilary ya sabemos como es. Aunque hubieras sido más rápido y se lo hubieras advertido, ella, por salirse con la suya, lo hubiera hecho igualmente —comentó Thomas.

Casi tres horas más tarde, Hilary se marchó sin ni siquiera despedirse, echando pestes de Noah.

Thomas, desde que trabaja con Noah, está curado de espanto. A los famosos y no tan famosos, por una parte, les gusta la idea de la pintura corporal y por otra, en muchos casos, les fastidia el tiempo que cuesta llevarla a cabo.

Noah siempre les dice que las pinturas y los dibujos tienen vida, que no se puede hacer lo que uno quiere, que hay que tratar de ver más allá y entender lo que se pinta, los dibujos que se emplean y los colores que se aplican. Todo guarda relación y nada es aleatorio ni casual.