Y todo por los huevos del toro

Estábamos en las traseras del bar, frente a las eras, cuando vimos venir volando por el cielo una vaca. Luego nos dimos cuenta que la traía un tipo, que vestía raro y llevaba una capa.

Aquello nos mosqueó un poco y mirándonos todos, supimos que allí había truco, nadie vuela y menos con una vaca. Llegando a nuestra altura descendió dejando la vaca en el suelo.

—I am Superman, the protector of planet Earth. Basically of yourself. I have heard the declarations of your minister Garzón. I have accepted the need to take animal welfare seriously. That’s why when I saw the bull attacking the cow, I took it to my house in the Polo. I didn’t want it to harm any more animals and I brought the cow. (1) —dijo al ver que nos acercábamos.

Ninguno entendimos nada de nada.

—Este nos está hablando en inglés —dijo el alguacil que estaba presente y tenía más luces que el resto— ahora vuelvo y traigo a Crispín.

En seguida recordamos que este, había trabajado en un bar de la base americana de Rota.

Al poco venían los dos. Cuanto llegaron, Crispín se puso hablar con el que había venido volando.

Nadie entendía nada de lo que decían. Al final se volvió y nos hizo un resumen, según él, de lo hablado.

—Me dice que es Superman y que el otro día leyó la entrevista del ministro Garzón. Que se ha concienciado mucho sobre lo del bienestar animal y eso. Así que como él se piensa guardián del planeta Tierra, está patrullando para ver que en efecto los animales son bien tratados. Se conoce que, al pasar por el prado del Eulogio, ha visto como un toro muy grande se echaba encima de una vaca y claro… No podía consentirlo y más con lo grande que era el toro. Así que… Antes de que terminara de montarse encima, lo ha cogido al toro por los cuernos y viendo que podía hacer daño a otras vacas, se lo ha llevado en un vuelo rápido a su casa del ártico. Estará un poco fresco, pero se le ve sano y aguantará. Luego ha traído a la vaca, por si había sufrido algún daño en la arremetida.

En esto que llega resoplando Eulogio, bufando como un toro, con sus ciento cincuenta sudorosos kilos. Le habían dicho que una vaca suya estaba en la era, que la había traído un tío volador. Le había faltado tiempo para coger su garrota y venir hacía aquí.

—A ver ¡que alguien me cuente lo que pasa! ha venido el Sordo diciéndome que una vaca mía había venido volando al pueblo. Y este de los calzoncillos por encima del pantalón ¿quién es?

—Dice que es Superman, que ha visto a tu toro echarse encima de tu vaca y pensaba que la estaba atacando —le dice el alguacil, contándole el resto.

—Llevo días intentando que monte a Angélica sin conseguirlo y cuando por fin lo consigue viene este y lo aparta. ¡Y para colmo me lleva al toro al Polo! ¿Sabe usted que si se le quedan fríos los huevos luego no hay forma de que funcione? El toro ese me ha costado un huevo, bueno, realmente dos. Y un tío con capa roja va y para el asunto. No contento con ello se me lleva al toro. Esto no puede quedar así, yo llamo a la Guardia Civil y que se ocupen ellos.

—I don’t understand what’s going on, I just wanted to save the cow. I don’t understand what’s going on.(2)—dice Superman.

Cómo se ha ido Crispín a buscar al alcalde y no hay nadie que lo traduzca, nadie entiende lo que dice.

Eulogio que andaba muy mosqueado, levanta la garrota y se lanza a por él.

—¡Yo me le cargo! impide que monten a mi vaca y el toro, que me ha costado mis buenos duros, va y se lo lleva al congelador. Y dicho y hecho, le suelta un garrotazo que tumba a Superman patas arriba.

El alguacil, que como ya hemos dicho es un poco más ilustrado que el resto, comenta. —Es imposible hacerle daño, salvo que esté bajo de critonita.

—No se yo nada de la critatita esa, pero… Si se levanta le arreo otro que va a saber este como las gasto yo.

En esto llega el cabo de la Guardia Civil, desde el cuartelillo ha oído el follón.

—¡Paso a la autoridad! ¡Que nadie se menee o me lo llevo al cuartelillo! A ver, que alguien me cuente lo que pasa.

Todos los presentes se lanzan a contar lo ocurrido. El galimatías que se prepara es monumental.

En esto, Superman se levanta del suelo. Se le ve un chichón en un lado de la cabeza del tamaño de un huevo de avestruz.

Medio grogui intenta decir algo.

—Yes i know i won’t come. Yes i know i won’t come.(3)

Todos se le quedan mirando nuevamente, sin entender nada. Crispín, que volvía con el alcalde, intenta traducir lo que ha dicho. El cabo que no está para coñas, piensa que son bromas hacia su persona, coge a Superman y se lo lleva detenido.

Enseguida corre la voz de que han detenido a Superman. A las dos horas aparecen en el pueblo los de la tele, que se lanzan a la búsqueda de cualquiera que les diga algo.

Benito, el tonto del pueblo, chupa cámara y de qué forma. No sabemos lo que les está contando, pero lleva 10 minutos largando a los de la cámara.

El Gobernador Civil aparece escoltado por unos policías, le ha llamado el presidente del Gobierno. A este, le ha llamado el Embajador de EEUU. Parece ser que Superman ha conseguido llamar a su mamá en Smalville (Kansas) y le ha pedido ayuda. Le ha dicho que le han atacado en España. A partir de ahí, se ha movido la poderosa maquinaria de guerra americana.

A la base de Rota ha llegado una escuadrilla de los nuevos F35¼ Lighting, para servir de apoyo en las acciones que se deban tomar.

El submarino S 42 de 3ª Farter, de propulsión sub atómica, se ha desplazado a la zona de Gibraltar con sus misiles agua – tierra – barro por si fuera necesaria su intervención.

El Embajador de EEUU llega en helicóptero, acompañado de Steven Segal, Rambo, Stallone y otros de esos. En otro helicóptero llega una patrulla de Navy Seal por si fuera menester.

Los del pueblo, viendo el circo que se está montando, van al alcalde para decirle que vaya preparando la lista de reclamaciones para hacer a los americanos. Está el tema de la mala imagen que está cogiendo el pueblo, apareciendo en la tele como los salvajes que han agredido a Superman y encima el Eulogio, que tiene su toro en el Polo. Este ha ido a por su escopeta y la está cargando con perdigón del 6, que no mata si tira de lejos, pero escuece un montón. Los del bar han llamado a Crispín, que como sabe inglés, servirá para atender a los americanos y hacer las américas sin moverse de casa.

El cura viene con el hisopo, por si hay que exorcizar algún demonio. Hay que entenderlo, el hombre es de izquierdas y los americanos casi son eso para él.

Se juntan el Embajador, el Gobernador, Superman, el alcalde, el cabo y el Eulogio. Este sigue en sus trece, con lo de los huevos fríos de su toro y que no va a servir para nada. Que le ha costado un riñón amén de los dos huevos anteriores y quiere saber quién se lo va a solucionar. La vaca además no le quiere comer y anda mugiendo como una posesa por el prado.

El cabo dice que le ha faltado al respeto, aunque no sabe lo que le ha dicho. El alcalde dice que se ha dañado la imagen del pueblo presentándolos en la prensa y la tele como unos salvajes.

—Ambassador, I don’t understand anything at all (4)—dice Superman al Embajador.

No han terminado de hablar, cuando hace su aparición el presidente del Gobierno que ha venido en el Falcon con cuatro vicepresidentes.

En fin, los del pueblo están viendo pasar a la gente desde la indiferencia y lejanía que solo ellos saben dar a las cosas. Todo un espectáculo ¡Y gratis!

Después de comer, durante el café y las copas, se llega a un acuerdo.

A Eulogio, Superman le devuelve el toro y tiene tres meses para comprobar, que una vez caliente los huevos, no tiene problemas y puede cumplir. De no ser así, el Embajador se compromete a darle 15 litros de esperma de un famoso toro americano de Texas. Lo llaman El Toro Alzado de la Pradera y dicen que lleva, el bicho ese, inseminadas más de cien mil vacas allí en EEUU.

A Superman, el pueblo le regala un mes de vacaciones en su famoso Balneario Aguas Felices, para compensarle por el garrotazo que se llevó. Y además le pagarán la tintorería de su traje, que se le manchó de mierda de vaca.

La foto de rigor, Presidente,Vicepresidentes, Embajador, Superman, los Segal y los Stalone, el alcalde, el Eulogio, el toro y la vaca. Detrás al fondo, riéndose, los vecinos del pueblo.

(1)Soy Superman, el protector del planeta Tierra. Fundamentalmente de vosotros mismos. He oído las declaraciones de vuestro ministro Garzón. He asumido la necesidad de tomar en serio lo del bienestar animal. Por ello, al ver al toro atacando a la vaca, me lo llevé a mi casa en el Polo. No quería que hiciera daño a más animales y traje la vaca.

(2)No entiendo lo que pasa yo solo quería salvar a la vaca. Yo no entiendo que pasa.

(3)Si lo sé no vengo. Si lo sé no vengo.

(4)Embajador, no entiendo nada de nada.

Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 21 de enero de 2022