Los detalles
El hombre, miraba con interés el cuadro. Según indicaba el rótulo que había en la base, pertenecía a un pintor desconocido. Presuntamente realizado hacia mediados del siglo XIX. Eran todos los datos que se facilitaban. La información era más bien escasa.
En la sala del museo, en la que se encontraba, todas las obras que se exponían eran de autores desconocidos.
El hombre fue recorriendo con tranquilidad el lugar, parándose a observar con detenimiento los catorce cuadros que había.
Según leyó en el catálogo, que sobre las obras colgadas había editado el museo, todas estaban realizadas con distintas técnicas y dentro de la última mitad siglo XIX, como la primera que había visto. Pintadas por diversos autores y de imposible identificación, a pesar de haber sido revisadas por diferentes expertos.
Los cuadros sin duda eran muy buenos. No habían podido encajarlos en ninguna escuela conocida y las diversas pruebas científicas que les habían practicado, no arrojaban ninguna luz sobre su autoría.
Cuando salió a la calle nuestro hombre, se sentó a la sombra de un grandioso castaño de indias que había en la plazoleta del museo.
Tras meditar un rato, pensó que eran curiosos ciertos detalles que había observados en los cuadros, en los que al parecer nadie más había reparado.
Todas las obras tenían en común tres cosas. En todas había dibujado un olivo, un fuego y una corbata. Al estar pintados con técnicas tan diferentes, llevó a pensar a los expertos que estaban realizados por distintas personas. Ahora que, tuvieran esas cosas coincidentes, no era un detalle baladí.
Cuando llegó a su casa, fue directamente al estudio donde su padre y él pintaban. Era su pasión.
—Oye papá, acabo de estar en el museo y he visto que los cuadros del abuelo ya son catorce. Dos más que la última vez. Me gustaría saber cuantos pintó realmente.
—Ni yo lo sé, hijo, nunca dijo cuantos. Solo sé que, se reconocen por las tres señales que dejaba en todas sus obras. No se sabe ni a quien ni como los vendió. Ahora, en los últimos años, es cuando van apareciendo. Dicen que son muy buenos pero, salvo nosotros, hasta la fecha, nadie los ha identificado como de tu abuelo. Si él no quiso firmarlos, ¡Quienes somos nosotros para desvelar su secreto!
Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 21 de octubre de 2022