Gabriela y su otra yo

Gabriela esa mañana no se había levantado de muy buen humor. La noche anterior se le había ido la mano con la bebida. Había acabado en la cama con ese tío que conoció en la fiesta, a la que fue con su amiga Rosario.

En cuanto se había levantado y visto lo que había pasado no lo dudo. Mandó a paseo a Manuel, que así se llamaba él.

Luego llenó la bañera con agua caliente y sales. Enrolló una toalla para apoyar la cabeza y se dispuso a disfrutar de ese pequeño placer.

No llevaba ni dos minutos cuando sonó el teléfono, a pesar de la insistencia ni se movió. Pensó, que llame mCrea un relato en el que alguien recibe una videollamada sospechosa.

as tarde o ya le llamaré yo cuando salga.

El agua la notó fría y de golpe se dio cuenta, que se había quedado dormida. Se levantó y envolviéndose en la toalla se fue secando poco a poco.

Como siempre se dio crema para hidratar el cuerpo y luego se vistió con un traje sastre negro. Cuando se miró en el espejo, ya con los zapatos de tacón, no pudo por menos que sonreír. Con su metro ochenta y esos zapatos quedaba por encima de todos con los que iba a estar reunida.

Eligió con cuidado un reloj y unas joyas después de echar un vistazo. Al final decidió no ponerse nada, salvo un anillo con una pequeña esmeralda de un verde intenso.

Se acercó a la mesa del pequeño despacho que tenía instalado en casa. Vio que le habían llamado por teléfono al móvil y además tenía una videollamada perdida por Skype. La del móvil era su secretaria Yolanda. Seguro que estaba nerviosa al ver que no había llegado aun a la oficina. Faltaba una hora para el comienzo de la reunión, había tiempo.

La videollamada venía de un número desconocido y siguiendo su costumbre no le hizo caso. Nunca contestaba ninguna que no estuviera concertada.

Miró el correo y vio uno que le llamó la atención. No sabía de quien era, adjuntaba un vídeo y algo le hizo abrirlo. El texto era escueto, decía: como no pude contactar por Skype, te adjunto un vídeo. Estoy segura que te gustará, llámame a este número 657251458.

Aquello comenzó a no gustarle nada, pero a pesar de ello le dio al play. Al momento en la pantalla se vio a ella, en traje de baño, en una playa tumbada al sol…

El vídeo duro unos tres minutos y cuando termino cogió el móvil y marcó el número que le indicaban.

—Si —le dijeron al contestar.

—Hola Julia, ¿No tienes otra forma de mandarme el vídeo de la última escapada a Canarias?, me has dado un susto de muerte. No sabía que pensar al recibirlo de una dirección y un teléfono desconocidos. La cabeza me ha jugado una mala pasada y me ha hecho ver fantasmas donde no los había.

—Me había dejado el teléfono en casa y te lo he mandado desde la oficina de un amigo.

—Y no podías decirlo en el correo. Lo has mandado sin más, sin poner nombre.

—Tienes razón, perdona, con las prisas para que lo vieras no he caído en ello.

Colgó a su amiga y en su fuero interno sintió deseos de estrangularla. No era costumbre en ella hacer lo de la noche pasada. Cuando vio la videollamada perdida y el correo había pensado otra cosa.

Suspiró aliviada, al final todo quedó en un susto.

Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 22 de julio de 2021