Gente voluntaria, ayudando a otros.

Los seres humanos estamos ‘diseñados’ para ayudar…

La gente quiere ayudarse mutuamente, incluso cuando les cuesta algo, e, incluso, cuando las motivaciones para ayudar no siempre coinciden, según sugiere un nuevo estudio. En una investigación publicada en la revista científica ‘Science Advances’, un grupo de sociólogos ha descubierto que la gente elige abrumadoramente ser generosa con los demás, hasta con los extraños, e incluso cuando parece que una motivación para ayudar puede desplazar a otra.

Este es el primer estudio que examina cómo todas las motivaciones establecidas para ser generoso interactúan entre sí. «Queríamos hacer un estudio exhaustivo para ver cuáles serían los efectos de esas motivaciones cuando se combinaban, porque se combinan en el mundo real, donde las personas toman decisiones sobre cuán generosos o amables son unos con otros», señala David Melamed, autor principal del estudio y profesor asociado de Sociología en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), en declaraciones recogidas por Phys.org.

Cuatro motivadores principales

En el estudio participaron más de 700 personas y fue diseñado para ayudar a los investigadores a comprender el comportamiento prosocial. «Significa hacer algo por alguien más a un costo para uno mismo», explica Melamed. «Así que un ejemplo sería pagar la consumición de la persona que está detrás de ti en la cafetería. O, ahora mismo, usar tu mascarilla en público. Es un costo para ti, es incómodo, pero contribuyes al bien público usándola y no propagando el virus».

Los científicos habían determinado previamente qué cuatro motivadores influenciaban a la gente a comportarse de una manera que beneficiaba a otras personas.

Uno: el receptor de una bondad se inclina a hacer algo agradable a cambio.

Dos: una persona está motivada a hacer algo agradable a alguien que vio que era generoso con una tercera persona.

Tres: una persona se inclina a hacer el bien en presencia de personas de su red que podrían recompensar su generosidad.

Cuatro: una persona es probable que «pague después» a alguien si ese alguien ha hecho algo bueno por ella.

Estos cuatro motivadores han sido estudiados de forma aislada, y algunos han sido estudiados en pareja. Pero, hasta este experimento, los científicos no habían realizado un estudio exhaustivo sobre cómo los cuatro motivadores podrían afectarse mutuamente en el mundo real, donde la motivación para ser amable con los demás podría estar influenciada por múltiples factores. «En el mundo real, las condiciones en las que las personas son amables entre sí no están aisladas, las personas están incrustadas en sus redes, y están haciendo su vida diaria y entrando en contacto con cosas que afectarán a sus decisiones», indica Melamed. «Y estos experimentos muestran que todas los motivadoresfuncionan».

«Desde una perspectiva evolutiva, es un poco desconcertante que incluso exista, porque estás disminuyendo tu propia conveniencia en nombre de otros»

Para este estudio, los participantes tuvieron que decidir cuánto de una dotación de 10 puntos daban a otras personas. Los puntos tenían un valor monetario para los participantes; dar les costó algo. Luego, los investigadores crearon diferentes escenarios que combinaban uno o los cuatro motivadores potenciales para la donación. Melamed pensó, antes del experimento, que las motivaciones para la bondad podrían desplazarse entre sí. Por ejemplo, una persona puede ser menos propensa a recompensar indirectamente la generosidad de otro hacia una tercera persona cuando se centra en devolver directamente la ayuda que recibió.

«La gente tiene un prejuicios sobre sí misma», explica. «Si haces algo bueno por mí, puedo sopesar eso más que si te veo hacer algo bueno por otra persona. Pero encontramos que todos los motivadores todavía se muestran como predictores de cuánto una persona está dispuesta a dar a alguien más, independientemente de cómo se combinan los diferentes motivadores». Esta investigación nos ayuda a entender la notable cantidad y diversidad de comportamiento prosocial que vemos en los humanos, añade Melamed. «Desde una perspectiva evolutiva, es un poco desconcertante que incluso exista, porque estás disminuyendo tu propia conveniencia en nombre de otros, Y, sin embargo, lo vemos en las abejas y hormigas, y en los humanos y en toda la naturaleza».

Artículo de «El Confidencial»

04/06/2020