Nuestro egoísmo…
No lo veía desde hacia unos días, la verdad es que no le prestaba mucha atención, el nuevo trabajo me redujo el tiempo libre un montón. Ahora comenzaba a darme cuenta de lo bien que había vivido hasta hace poco.
Esa noche cuando volví a casa, aunque tarde, decidí perder un rato y buscar a Rufo. Podía haberle pasado algo y yo no enterarme.
Abrí el terrario y con paciencia fue apartando la vegetación. La verdad es que estaba fenomenalmente hecho, pero creo que se me había ido un poco la mano al diseñarlo, sobre todo por el tamaño. Me ocupaba un cuarto de mi salón.
A los quince minutos ya comenzaba a desesperarme, no encontraba a Rufo y estaba ya un poco harto. El día había sido agotador y no estaba con ganas de perder más tiempo.
De repente en una rama de árbol que había en medio del terrario lo vi. Fue el movimiento del ojo lo que lo delató si no posiblemente ni lo hubiera visto.
Rufo es un camaleón Jackson, tiene unos cuernos preciosos. Fue un reglo que me hicieron, por él hice la reforma en casa, para que tuviera espacio suficiente.
El puñetero de él parece que lo hace adrede, me lo pone difícil. Me estiro cuanto puedo para cogerlo pero ha sido mas rápido que yo y ha cambiado de rama. Con lo que he vuelto a perderlo de vista, me he acordado de toda su especie mientras para mis adentro pensaba lastima no fuera de color rojo y amarillo, así lo vería siempre.
En ese momento miro a mi izquierda y sobre la rama cercana a mi mano ahí estaba, rojo y amarillo brillante. El susto que me he dado a sido fino. Rufo es de un color verdoso marcado. No se porque habrá sido pero que de repente se haya vuelto del color que yo estaba pensando en plan castigo, me ha dejado a cuadros.
Al principio no le he dado mucha importancia, consulte con un veterinario y me dijo que lo que le estaba contando no podía ser. Es más, esa especie no hay con ese color.
Fueron pasando los días y al cabo de dos semanas me di cuenta que Rufo iba perdiendo brillo y lo notaba cada vez mas pequeño. También me di cuenta que de los animales que le ponía vivos los veía danzando, normalmente cazaba con casi todos los que le ponía. Ahora en cambio estaban pululando por el terrario. Hable con el veterinario y me dijo que debía darle animales deshidratados ya que él no era capaz de cazarlos, sus nuevos colores lo hacían demasiado visible y no podía coger a ninguno, se le escapaban.
A veces sin querer hacemos daño a alguien. A veces nuestra falta de sensibilidad, tacto o empatía genera tristeza en nuestro entorno. Rufo no volvió a ser el mismo. Se recupero un poco pero …
Esta entada se vuelve a subir por cambio en el programa web. Su primera edición fue: 12 de abril de 2021